PIÉNSATELO DOS
VECES
Uno de los mayores
problemas de este mundo es el derroche de energía por parte de los
consumidores. Por ejemplo, cuando nos lavamos los dientes y dejamos el grifo
abierto mientras no necesitamos el agua. Otro caso sería cuando nos vamos de
una habitación dejando la luz encendida. Todas estas pequeñas cosas, que no
parecen ser de ninguna importancia podrían tener graves consecuencias para
todos.
Nuestra opinión es que si
no remediamos este problema, los años de vida de nuestro planeta se verán
reducidos extremadamente, por eso, debemos reflexionar sobre nuestros actos en
la vida cuotidiana y así posponer un poco más este futuro.
Volvamos al ejemplo de
que dejamos una luz encendida que no usaremos, esta luz proviene de la energía
que se crea en las centrales eléctricas, las cuales usan como combustible
generalmente el petróleo, el gas natural o el uranio (fuente de las centrales
nucleares), que son no renovables. Si derrochamos esta energía, estas fuentes
podrían agotarse aún más pronto, provocando que en un futuro tuviéramos falta
de recursos naturales. Por otra parte, las centrales eléctricas producen residuos
contaminantes, como el CO2 que daña la atmósfera y como consecuencia provoca el
cambio climático el cual hace que las temperaturas cambien drásticamente y así
se derritan los polos. Todo se basa en una cadena de causa-consecuencia, el
problema es que mucha gente no se da cuenta de ello o simplemente ya lo sabe
pero hace caso omiso: ya sea porque piensa que no se verá afectado o porque
cree que sus actos serán inútiles si no se involucra el resto de la población.
Un consejo sería que
usáramos tanto como podamos la luz del día en vez de la luz artificial:
tendríamos que subir las persianas en las horas de sol, y sólo utilizar la luz
artificial cuando sea necesario. También deberíamos apagar completamente los
aparatos electrónicos como el televisor, ya que si sólo los apagamos con el
mando de distancia permanecen en un estado de “stand-by” (cuando sigue
encendido el puntito rojo del botón), haciendo que sigamos gastando energía
innecesariamente.
Tendríamos que tomar
precauciones en el consumo de agua o en la producción de CO2 cuando cogemos el
coche: ducharnos en vez de bañarnos o coger la bicicleta en vez del coche
cuando nos dirigimos a algún lugar no muy lejano, aparte, estaremos haciendo
deporte. Ser ecológico también puede ser bueno para nuestra salud.
La presión social, es una
posible solución para aquellas personas que no contribuyen de forma alguna.
En resumen, no todo el
mundo está dispuesto a hace estos pequeños sacrificios, pero todo es cuestión
de concienciar a la gente, y como suele decirse, con el granito de arena de
cada uno se hace una montaña.
Anna Magallón, Raquel Agüera
4toB
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